Hola queridas Imperfectas
Hoy quiero hablaros de algo que me comentan muchísimas mujeres en redes sociales, y es la sensación de que es demasiado tarde para hacer algo, ya sea estudiar, empezar un negocio, una relación o quizás dejar eso que las hace infelices: relaciones insatisfactorias, trabajos frustrantes, vidas ansiógenas y limitantes.
Cada vez que me dicen esto me acuerdo de historias que me han contado: personas que con 50 realizaron su sueño de ir a la universidad y acabaron siendo catedráticas, o personas que con 90 finalizaron relaciones en las que no se sentían satisfechas.
Yo misma empecé la carrera con un año de retraso y no solo eso, sino que tardé muchos años en acabarla, ya que al mismo tiempo era jugadora de voley a nivel profesional y queridas, NO NOS DA LA VIDA PARA TODO.
Mi primer tortazo
El primer golpe de realidad es que cumplir un sueño tiene sus consecuencias, sus pérdidas. La mía, entre otras, era que no tenía tiempo para estudiar, pero en lugar de no hacerlo, lo que hice fue estudiar como la hormiga en la fábula de La Hormiga y la Cigarra.
Este es el primer aprendizaje:
Cumplir sueños requiere tiempo, pero el tiempo va a pasar igual lo hagas o no, así que... Mejor hazlo.
Mi segundo tortazo
Una vez acabada la carrera me pegué el segundo tortazo de realidad, quizás el más grande de todos. En el voley era más o menos conocida, más o menos buena. Había llegado a estar en Selección Nacional y siempre había jugado en el máximo nivel, incluso me habían llamado del extranjero como Francia o Eslovaquia, llegando a jugar en Brasil. Pero una vez que dejé el voleibol ¿Era alguien? ¿Qué tenía? Un CV vacío y un montón de personas con mi misma carrera que me llevaban AÑOS DE VENTAJA a mi edad, es decir, habían acabado la carrera cuando tocaba y se habían especializado, habían trabajado, etc.
Como podéis imaginar el tortazo que me llevé fue abrumador. No era nadie en el mundo de la psicología ¿Y a ahora?
Pues os voy a contar mis secretos para no solo conseguir trabajo estando de prácticas y luego otro trabajo ya como contratada, siempre en los mejores centros de Madrid, además de ser llamada para trabajar en el centro de psicología más importante de Madrid incluso antes de acabar el máster de sanitaria, trabajo que me dieron y me dijeron que incluso esperarían a que me sacara el título, pero no lo cogí, sino que a parte de todo eso tengo muy buen CV y en 4 años me he montado mi propia clínica donde ayudamos a cientos de mujeres a sanar sus heridas y tener una vida consciente, adaptada a lo que necesitan. Y no amigas, no soy superdotada, ni nadie me regaló nada NUNCA, ni tuve los mejores colegios...
Y aquí viene el segundo aprendizaje:
En lugar de lamentarte de lo que no has hecho, comienza a hacerlo y mete el acelerador.
Jode que te lo digan ¿a qué sí?, pero amiga es lo que hay. Puedes lamentarte o puedes hacer algo. Yo también me quejé y lloré, porque tenemos derecho a hacerlo y es súper sano, pero en algún momento hay que parar y empezar a actuar. En mi caso cogía el poco dinero que ganaba en un centro donde me pagaban 400 euros (yo tenía dinero ahorrado) y después de pagar mi habitación de piso compartido, me gastaba el resto en formación, porque si algo había aprendido, era el tercer aprendizaje:
Invierte en ti, en tu formación, porque eso nadie, ni los bancos, ni los enemigos, ni nadie, te lo puede quitar. Y mucho más importante: con conocimiento siempre tienes salidas para volver a empezar.
Este es el aprendizaje más importante. Lo que hay en tu mente, es tuyo. Y por mucho que te quiten todo lo externo, si tienes las herramientas para volver a sacarte las castañas del fuego, tarde o temprano encuentras el modo. Y si además inviertes en algo que da un servicio a la humanidad, siempre serás necesaria.
No se trata de mirar por ti, por salvarte a ti, sino en hacer un mundo mejor con lo que sabes, ayudar al planeta, a las personas, a los animales. Dar algo que la humanidad necesite y aporte al cambio por un mundo mejor. Claro que habrá gente que te odiará, claro que te verás en situaciones complicadas, y puede que pierdas las esperanza, las fuerzas y las ganas. Puede que estés harta de sacarte las castañas del fuego pero amiga: ¿Por cuántas cosas has pasado en esta vida y las has superado? Con más o menos heridas, más o menos cansada, pero aquí estás.
El cuarto aprendizaje:
Sabes arreglártelas mejor de lo que crees, y si estás cansada, tienes todo el derecho. Recuerda que no estás sola, que hay otras personas que pasaron por ahí antes que tú o que están en tu misma situación y te pueden guiar y orientar.
Sí amiga, deja de querer resolverlo todo sola, PIDE AYUDA, si no la encuentras en tu entorno cercano, sigue buscando: tu tribu existe en algún lugar. Te están esperando.
Y de este aprendizaje se deriva el quinto:
ELIGE: Elige aquello que te acerca a tu objetivo, que te da las herramientas para avanzar. Invierte en activos: eso que va a volver en forma de beneficio para ti.
Con esto no quiero decir que dejes toda tu vida anterior porque te aleja de tus objetivos, NO. En esa vida habrá personas o actividades que te aportan muchas cosas: bienestar, confrontación (nos ayuda a crecer), risas, sostén, o tú eres quien aporta al otro. Pero lo que sí te digo es que elijas a qué le dedicas tu tiempo y dinero. No para llegar a una vida perfecta (te dejo un vídeo a continuación sobre esto), sino para tener la vida plena, que para mí es lo siguiente: Dentro de tu realidad, con sus limitaciones, tener la mejor vida posible, sin renunciar al dolor, tristeza, etc., que son parte de nuestra humanidad.
Aprendizaje EXTRA:
No sigas modas, elige lo que realmente te llene a ti. Y para ello: EXPLORA.
Cuando digo que no sigas modas, no quiero decir que no hagas lo que hacen los demás. Tienes todo el derecho a hacer lo que quieras, esté de moda o no. A lo que me refiero es que encuentres lo que crees que realmente te aporta, aunque no esté de moda. Mira, cuando yo llegué a Instagram estaba más perdida que un hipopótamo en el Himalaya, así que hacía lo que todo el mundo. Que todas hablaban de A, pues yo también, que ahora se ponía de moda B, pues allá iba yo.
Por suerte el psicoanálisis se cruzó en mi vida, así como la mujer salvaje, y empecé a sentir que era ahí. EL PSICOANÁLISIS AMIGAS: Tan criticado en mi universidad. Pero de repente conocí gente súper seria, tipo "directores de los hospitales más importantes del mundo", que eran psicoanalistas. Los autores más famosos, como Fonagy, Bateman, Bowlby, también lo eran. Así que decidí tirar por ese camino y todo cambió. Encontré mi esencia y creo que todas habéis visto hasta dónde he llegado.
Y hoy quiero compartir esto porque para mí la salud mental no es solo sanar heridas, es construir la vida que merecemos, desde el nivel social al individual. Y quiero compartir cómo lo hice yo, no para deciros "si yo pude tú también", sino para decirte: yo lo hice así, ojalá te ayude porque no quiero que pases por lo mismo que yo.
Es por eso que nació Yo Vivo consciente así como La Guarida, los retiros y la Escuela Hypatia, para compartir lo que a mí me cambió la vida y he visto que se la cambia a miles de personas, y/o lo que avalan los estudios.
Por eso hemos creado el curso de psicoanálisis, que es lo que a mí me hubiera encantado encontrar, me hubiera ahorrado miles de euros y muchas formaciones que son como "psicoanálisis descafeinado" que una vez conoces esta disciplina, entiendes que es tan profunda que luego, cualquier manual de psicología te resulta fácil de entender y muchas veces, superficial (no es coña, quien conoce el psicoanálisis, lo sabe).
Vídeo de regalo
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